La cochura
El principal elemento del proceso de elaboración del ladrillo es el horno. Formado fundamentalmente por ladrillos de barro con iguales características que los que se obtendrán de él, los hornos son estructuras troncopiramidales en las que tiene lugar la cochura del ladrillo. Sus partes principales son la cámara, la cachifa, la caldera y la parrilla, elementos que se han conservado desde que los árabes implantaran esta tipología de horno en Andalucía, aunque con múltiples variaciones toponímicas.
Partes de un horno mozárabe (1)
De abajo hacia arriba, la caldera es el lugar que alberga el fuego durante la cocción y suele estar bajo la rasante del terreno. A ella se tiene acceso desde unas puertas que dan a la cachifa, un hoyo en la tierra adyacente al horno con la misma profundidad que la caldera desde el que se lanza la leña y se controla el fuego. El garabato es la persona encargada de llevar leña a la cachifa y la primera carga de leña del horno recibe el nombre de choconá. Los diferentes materiales empleados para la combustión han sido muy variados a lo largo de los años: desde los huesos secos de las aceitunas hasta los muebles defectuosos de aglomerado que despreciaban las fábricas, pasando por troncos de naranjo, olivo o eucalipto o tablones de palés. Para las cardas (cargas de leña en la caldera) finales se empleaban las duelas de los barriles de vino, una madera muy cara pero que contenía el fuego el tiempo suficiente para acabar la cocción.
La parrilla es el elemento que divide la caldera de la cámara y sirve de soporte para los ladrillos, través de ella ascienden las llamas que los cocerán. Está compuesta por unos arcos principales que sustentan otros más pequeños perpendiculares llamados zabaletes, colocados a una distancia que permita apoyar el ladrillo a cocer sobre ellos. Son elementos que sufren un gran desgaste al estar en contacto directo con el fuego, por lo que se van regenerando tras cada cocción. Esta labor se llama empañetar y consiste en recubrir de barro las imperfecciones y piezas desprendidas tras cada cochura.
La cámara es el elemento que alberga los ladrillos, que irán convenientemente colocados sobre los zabaletes. La forma originaria de las cámaras era circular, ya que permitía un reparto más homogéneo de las llamas y por tanto una cochura más perfecta en todos los ladrillos. Esta tipología, que aún se puede apreciar en alguno de los hornos de Coria, se fue abandonando por los hornos con cámara cuadrada, probablemente porque su capacidad y de carga era algo superior aunque requiriera un control más exhaustivo de las llamas. Los hornos tenían una capacidad muy variada pero rondaban los 20 o 30 mil ladrillos.
Para cerrar el horno y mantener la temperatura interior existía un elemento que cubría la cámara llamado corona, prevista de algunos huecos que permitían salir el humo y verificar el estado de la cocción. La corona fue desapareciendo progresivamente adecuándose a las necesidades de un sector en alza que requerían un aumento de la productividad. Fue sustituida por una hilada de ladrillo que tapa el horno llamado cobertero y por unas chapas metálicas que retienen el calor. Ambos elementos son desmontados cuando la cochura está acabada permitiendo así un enfriado mucho más rápido al dejar los ladrillos en contacto directo con el aire.
Partes de un horno actual (2)
El tiempo de cocción puede durar entre 18 y 48 horas, es un proceso muy lento y delicado que requiere de atención constante ya que cualquier variación notable de la temperatura puede arruinar la cocción de parte de los ladrillos. Cuando la temperatura es excesiva, por encima de los 1000º, la arcilla se funde y se vitrifica haciendo que varios ladrillos, en ocasiones cientos, se unan entre sí. Esto se conoce como un santo y suponía una vergüenza para los horneros ya que implicaba un trabajo mal realizado y una pérdida de dinero, por lo que muchos de estos santos acababan en el fondo del río Guadalquivir para que nadie supiera de su error. El efecto contrario, cuando los ladrillos no resultan suficientemente cocidos se les llama ladrillos pasmaos, y carecen de la resistencia mecánica que les aporta la cocción completa.
(1) COLL CONESA, Jaume y GARCÍA PORRAS, Alberto, Tipología, cronología y producción de los hornos cerámicos en al-Andalus, (Universidad de Granada, 2010)
(2) IZARZUGAZA, Iñaki y SABUCO i CANTÓ, Assumpta, Documentación del Charco de la Pava, Junta de Andalucía
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